ADVIENTO – PREPARACIÓN A LA NAVIDAD 

Una de las ilusiones de este tiempo es hacer el portal. Ilusión que comparten niños, jóvenes y mayores. También hay belenistas, especialistas con originalidad y gusto para hacer belenes.

  No sé si tú acostumbras a poner un pequeño portal en un rincón de tu casa o confeccionas un belén mayor. Puede que seas de los que prefieren adornar la casa con un bonito árbol de navidad o no hacer nada. En cualquier caso, te invito a hacer un pequeño portal. No tendrás que comprar nada ni buscar lugar donde colocarlo en casa. Te propongo hacer un portal en tu corazón. Y será un belén viviente, con pocas figuras, pero con unas figuras que no encontrarás en ningún otro portal porque son figuras que hablan. Sí, te hablan a ti, a mí y a todos los que quieran escuchar. 

   La primera figura a colocar es la de San José, la de ese hombre bueno, que poco se sabe de él pero por lo que nos cuenta el evangelio jugó un papel importante. San José nos habla de bondad. Fue un hombre bueno, no quiso, en ningún momento, hacer daño a María, prefirió guardar silencio para poder escuchar a Dios. También fue fiel a lo que Dios le fue pidiendo en cada momento. 

  Por tanto, San José te habla de silencio, de buscar algunos ratos en este adviento para estar en silencio y poder escucharte a ti mismo y escuchar a Dios. Escuchar lo que Dios te puede estar pidiendo en este momento que vives. Apaga el móvil, busca un sitio tranquilo, deja hablar al corazón. 

   También te habla de bondad. Una persona buena es la que no hace mal a nadie. San José prefirió guardar silencio para no hacer daño a María. Pero eso solo no basta. Ser bueno es dar bondad, poner de tu parte para que en tu alrededor se respire amabilidad, cariño, sonrisa, diálogo, confianza, perdón. 

 

   La segunda figura es María. Ella es más habladora que José porque te habla, en primero lugar, de fe. María se fio de Dios y no dudó en decirle que en su vida va a estar dispuesta a hacer lo que Él quiera. Y, por eso, te habla de alegría. Dios la hizo la mujer más feliz y, a pesar de que vivió una vida difícil, fue siempre feliz. 

  Y también María te invita a luchar por conseguir un mundo mejor sin injusticias ni desigualdades, sin hambre ni miseria. Te invita al compromiso, a poner lo que esté de tu parte para que los que están a tu alrededor sean un poco más felices. 

  Te sigue hablando de servicio. María no presumió de ser la elegida como madre de Jesús, no salió en los periódicos ni corrió la noticia por el pueblo, sino que, en silencio y a prisa, fue a ayudar, a servir a su prima que esperaba un hijo. Fue una mujer siempre dispuesta a servir a todos y en todo.  

  No te olvides que estas figuras hablan. María te invita a relacionarte con Dios y fiarte de Dios, a ser feliz y a sembrar felicidad, a aprovechar cualquier momento o circunstancia para prestar un servicio a los demás. 

 

  Dos figuras más puedes colocar en el portal de tu corazón. Estas no hablan, son animales, la burra y el buey, pero dan calor, hacen más acogedora aquella cueva fría. Sin hablar ofrecen cercanía y cariño. Te dicen que no pierdas oportunidad para tener gestos de cercanía, de cariño, de acogida, de todo lo que endulce y alegre la vida. 

 

   Y la última figura es Jesús, el Niño que te quiere decir todo de Dios, traerte la Buena Noticia, enseñarte a vivir y a ser feliz en esta Navidad y siempre. Él te irá hablando día a día. 

 

    Anímate en este adviento a hacer este portal, será el más bonito, el más original y el más auténtico. Y no tendrás que desmontarlo porque hará posible que siempre sea Navidad en tu vida. 

Miguel Antonio Lantigua Barrera, párroco