Retablo del Altar Mayor

"Es una invitación a tener como centro de la vida cristiana la Eucaristía, la cual nos invita a transformar el mundo, en espera de que el último día todo quede transformado en un Cielo Nuevo y una Tierra Nueva."
(Apocalipsis 21, 1)

El retablo del Altar mayor lo diseñó y realizó el escultor Luis Arencibia Betancort, natural de Gran Canaria, según los datos teológicos, litúrgicos, históricos y catequéticos que le  proporcionó el Párroco Diego Monzón Melián. 

Es un altorrelieve fundido en bronce en el Taller “Wenceslaoarte, S.L.” de Toledo. Mide 9 metros de alto por 6 metros de ancho y pesa 10 toneladas, además de los 6500 kilos de peso de la estructura de hierro que lo sostiene. 

Fue traído a Gran Canaria dividido en 52 piezas, más un resto de 15 pequeñas sueltas. La empresa de fundición «Funcho Esculturas» de Las Palmas de Gran Canaria se encargó de acoplar los 52 trozos soldándolos entre ellos. Luego lo cortó en tres grandes paños de 6 metros de ancho por 3 metros de alto para su posterior traslado a la Iglesia de San Agustín. Fue colocado en el mes de marzo de 2005 por dicha empresa. Una breve descripción la puede leer a continuación.

Teología

El Misterio Pascual, la muerte y resurrección de Cristo, ocupa el centro del retablo. Se expresa en la imagen de Jesucristo clavado en la cruz retoñando:
El árbol de la cruz se convierte en el árbol de la Vida (Gn 2,9; Ap 2,7;) y de sus raíces surge un río de agua viva que da vida y sentido a toda la creación (Col 1, 20 ; Ap 22, 1-5; Ef 1,10). El Misterio Pascual se actualiza en cada eucaristía (1ª Cor 11, 23-25; Mc17,22-26).

Liturgia

En la parte superior se contempla el Banquete de Bodas del Cordero (Ap19,6-9). 
Sobre la mesa: el Cordero Pascual y los símbolos eucarísticos: el pan y el cáliz. A su alrededor, la comunidad cristiana, presidida en cada iglesia local  por el obispo,  llamada a dar permanentemente testimonio de Cristo con los mártires y teniendo como modelo de experiencia creyente a la Madre del Salvador, que es también Imagen y Madre de la Iglesia.

La Iglesia convoca continuamente a sus hijos en torno de la mesa de la Eucaristía, que es signo y anticipo del Banquete de Bodas del Cordero en la Ciudad Santa de la nueva Jerusalén, donde están reunidos “una muchedumbre inmensa, que nadie puede contar, de toda  nación, razas, pueblos y lenguas” (Ap 7,9). La Ciudad Santa explosiona de luz por la gloria de Dios Padre (Ap 21,23): las manos; Dios Hijo: el Cordero, el pan y el cáliz; y de Dios Espíritu Santo: la paloma. Las murallas tienen cuatro puertas, pues los invitados  se han congregado desde los cuatro puntos cardinales (Ap  21, 12-13) y cantan ininterrumpidamente el himno de su gloria:

“Santo, Santo, Santo” (Ap 4,8).

¡¡¡ Todos los que ahora participamos en la eucaristía estamos llamados a participar, un día, en el Banquete del Reino de los Cielos !!!( Mt 22, 1-14; Ap 19,9).

Historia

La fachada de la Catedral en el retablo nos recuerda que el 7 de julio de 1404 se creó la Diócesis de Canarias. El primer libro de bautismo de la Parroquia del Sagrario Matriz lleva fecha del 26 de noviembre de 1498. Hasta la fecha este Libro de Bautismo es el más antiguo de toda España.

   La fachada de la actual Iglesia en el retablo nos recuerda que en el año 1524 el Ayuntamiento mandó  construir una ermita dedicada al Cristo de la Vera Cruz, Patrono de  esta Ciudad de Las Palmas de Gran Canaria y en 1664 los Padres Agustinos fundaron un Convento junto a la ermita. Sobre las ruinas de la ermita se colocó solemnemente la primera piedra de la actual iglesia el 6 de junio de 1786. Estuvo presente Don Diego Nicolás Eduardo, arquitecto de la Catedral  y de esta Iglesia.

Cuando los Agustinos dejaron el convento forzados por la Ley de la Desamortización de 1836, el Obispo D. Buenaventura Codina pasó la Parroquia del Sagrario Matriz, dependiente de la Catedral, a esta iglesia de San Agustín el 15 de Septiembre de 1852. Así consta en el folio 37 del libro 45 de Bautismo. Se le llama Matriz por ser la primera parroquia de esta Diócesis y la madre de todas las que posteriormente se fueron creando.

Catequesis

Debajo de la fachada de la iglesia de San Agustín se contempla a Santa Mónica. Sentada y sin prisas está educando en la fe cristiana a su hijo Agustín que de pie y de espaldas al crucificado expresa la vida rebelde y pecaminosa que llevó durante su juventud. Las enseñanzas, las oraciones y las lágrimas de santa Mónica dieron fruto en su momento y Agustín se convirtió y  fue bautizado por San Ambrosio, obispo de Milán, en la Vigilia Pascual del año 387.

Creo en Dios, Padre Todopoderoso, creador del cielo y de la tierra.

Dios    Padre está representado en el símbolo bíblico de la nube y las manos. En el   retablo queda reflejada la obra de la creación, el cielo, la tierra, el mar. El hombre y la mujer. Las plantas y animales de nuestra tierra canaria: las palmeras, las  plataneras que hasta hace pocos años se cultivaba en la Vega de San José y llegaban hasta muy cerca de la iglesia…el perro y el pájaro canario…

Creo en Jesucristo.

Jesucristo, el Hijo, el Redentor,  está representado en la imagen del crucificado, y en los símbolos eucarísticos: el pan, el cáliz y el cordero degollado sobre la mesa en el Banquete del Reino de los cielos.

Creo en el Espíritu Santo.

El Espíritu Santo está representado en la paloma que sale de la nube. Es el alma de la Iglesia que la inspira y la fortalece para que   difunda el evangelio por toda la tierra.

Creo en la Iglesia,

pueblo de Dios, que peregrina en este mundo hacia la casa del Padre, está representada en la fachada de la Catedral sede de la parroquia del Sagrario Matriz, que en el siglo diecinueve pasó su sede a esta iglesia con el nombre de San Agustín y por eso está también la fachada de esta iglesia.

Creo en la Vida Eterna.

Los que han aceptado la salvación que nos consiguió Jesús con su muerte y resurrección, está representados en una muchedumbre inmensa que nadie podía contar “de todas las naciones, razas, pueblos y   lenguas”. Están con las túnicas blancas del bautismo, signo de la dignidad del cristiano, y con palmas, signo de victoria, en sus manos. Están de pie celebrando la victoria sobre el pecado y la muerte en la mesa del Banquete Eucarístico, en la Ciudad Eterna, en el Cielo.

Conversión

Debajo del frontis de la Catedral se refleja el momento inicial de la conversión de San Agustín, según él mismo lo relata en el Libro 8, capítulo 12 de su libro  «Confesiones»: Desgarrado interiormente se fue a llorar debajo de una higuera. Allí oye una voz infantil que cantaba: “toma y lee”. Lo interpretó como una invitación del Señor a leer la Biblia. 

La abrió al azar y leyó los versículos 13 y 14 del capítulo 13 de la carta a los Romanos: “…nada de comilonas ni borracheras, nada de prostitución y vicios, nada de pleitos y envidias. Revístanse del Señor Jesucristo…”. Y una luz de seguridad se apoderó de su corazón. Así comenzó el itinerario de su conversión. Más tarde fue nombrado Obispo de Hipona, norte de África.

Debajo de la cruz se ve el escudo de la Orden de los Agustinos: un corazón del que sale una llama de fuego, traspasado por una flecha y descansando sobre un libro abierto. La grandiosa escultura de San Agustín en el retablo está expresando su extraordinaria personalidad. Se le considera como una de las  4 ó 5 personas que más han influido en nuestra cultura occidental en los últimos 1500 años. Otros pensadores dicen que después de Jesucristo y San Pablo le sigue en importancia San Agustín. Su libro más leído es “Confesiones”, y es un canto de alabanza a la misericordia de Dios por las maravillas que realizó en su propia vida.

Ecología

También la creación entera queda traspasada por el Misterio Pascual. Por eso, el retablo refleja el entorno de la parroquia: el mar y los botes de vela latina, el perro y el pájaro canario, las plataneras, que hasta hace muy pocos años  se cultivaban muy cerca de la iglesia, las palmeras que eran muy abundantes a orillas del Guiniguada, y de ellas tomó  el nombre la Ciudad de Las Palmas.  “…la creación también se verá liberada de la esclavitud de la corrupción, para entrar en la gloriosa libertad de los hijos de Dios”. (Rm 8,19-21). Por eso debemos respetar el medio ambiente y la naturaleza entera.

¡¡¡ El retablo es una invitación a tener como centro de la vida cristiana la Eucaristía, la cual nos invita a transformar el mundo, en espera de que el último día todo quede transformado en “un Cielo Nuevo y una Tierra Nueva. !!! ( Ap 21,1).

 

Luis Arencibia Betancort

Nació en Telde (Gran Canaria) el 4 de mayo de 1946. Murió en Leganés (Madrid)  el 22 de marzo de 2021.

Licenciado en Teología por la Universidad Pontificia de Comillas. Licenciado en Filosofía y Letras. Técnico superior de Administración. Grabador y escultor.

Ha publicado libros de cuentos y grabados. Tiene obras en distintos Museos e Instituciones. Ha realizado esculturas públicas en Madrid, Andalucía y Canarias.

En iglesias, ha realizado el Retablo de esta Parroquia de San Agustín y la Fuente Bautismal, Retablo y Cristo Crucificado para la Parroquia de la Sagrada Familia en Las Palmas de Gran Canaria, Retablo de la Iglesia de Ntra. Sra. de Butarque, siglo XVI, patrona de Leganés (Madrid) y Retablo de la Iglesia de San Nicasio, siglo XVIII, también en Leganés.